La Santísima Trinidad
Jn 3,16-18
Dios Padre nos ha regalado a su Hijo, donación de Amor constante que, por la acción del Espíritu, sigue removiéndonos a nosotros para que entremos en el “spinner” de la Trinidad, es decir, en la ruleta de donación que no deja de moverse, de entregarse, de contagiar el Misterio que envuelve el Universo.
La Trinidad no es ningún juego, es una manera de vivir, de relacionarse, de ser comunidad, de apuesta por la comunidad y la paz. Entrar en el movimiento trinitaria es entrar también en la onda de la paz. Nos dice Patxi: “Si necesitas paz, no busques un ‘anti-estrés’, deja que Dios Trinidad te habite y actúe en ti”. Dejar que Dios, Padre, Hijo y Espíritu habiten en nosotros es el camino para la paz.
Celebremos, amigos, la Fiesta de la Trinidad, con la alegría de los que se saben amados y no se cansan de amar, como los agradecidos que contemplan el colorido del Dios Comunidad que no nos abandona y nos hace entrar en su “spinner” de Amor.
Fernando Cordero ss.cc.